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Piel lisa:
La limpieza de los zapatos de piel lisa se realiza de forma sencilla. Aplica una pequeña cantidad de leche limpiadora sobre un paño y efectúa movimientos circulares. Luego déjalos secar durante 1 hora. Para que los zapatos conserven su flexibilidad y brillo, es necesario impermeabilizarlos.
Charol:
Para cuidar los zapatos de charol, recomendamos usar un aceite específico. Frota el producto suavemente con un paño seco. A continuación, seca con un paño seco y luego impermeabiliza.
Piel de gamuza grasa:
El mantenimiento de los zapatos de piel de gamuza grasa se realiza con un gel especial. Aplica este gel con un paño, realizando movimientos circulares. Para terminar, impermeabiliza los zapatos.
Ante:
Si tus zapatos de ante se manchan, frótalos con una goma de gamuza. La piel debe estar seca antes de limpiarla. Impermeabilizar a continuación.
Tela:
La tela se limpia de manera sencilla y natural. Frota las manchas con agua y jabón de Marsella. Si las manchas persisten, remójalas.
Piel sintética:
El mantenimiento de los zapatos de piel sintética se realiza con un cepillo de cerdas suaves o simplemente con un paño ligeramente húmedo. Es suficiente con pasarlo ligeramente sobre los zapatos. A continuación, encera el par con cera del color adecuado y, por último, impermeabilízalos.
Piel de becerro con pelo:
La piel de becerro con pelo es un material frágil. Limpia los zapatos únicamente con un paño húmedo y déjalos secar de forma natural. Sobre todo, no les apliques cera ni crema. Para protegerlos, opcionalmente puedes utilizar un spray protector.
Pelo:
Las manchas de los zapatos deben eliminarse con un paño suave y seco. Se desaconseja en gran medida usar detergentes, pues podría dañar los zapatos. Es posible que los zapatos pierdan algo de pelo; es un desgaste normal.
Terciopelo:
Para cuidar los zapatos de terciopelo, basta con quitarles el polvo mediante un cepillo suave. Impermeabilizar a continuación. El impermeabilizante debe ser del mismo color que el terciopelo.